lunes, 23 de julio de 2012

TIEMPO Y GASOLINA III: El desenlace

Fotograma de vídeo utilizando una onda
electromagnética. Hugo Martínez-Tormo. 2009
Estimada B.,

Gracias por haber señalado este anuncio. 

He  transferido sus comentarios nuestro responsable marketing y rogamos disculpe toda ofensa recibida. 

También me han avisado que vamos a trabajar con el departamento creativo y nuestras agencias de traducciones para que, en el futuro, este tipo de mensajes no aparezcan más en nuestros productos.

Le agradecemos su atención y quedamos a su disposición para cualquier información. 

Atentamente, 
 
C. K. 
Customer Service Specialist 





Ésta ha sido exactamente la respuesta que he recibido esta misma mañana en la bandeja de entrada de mi correo electrónico. Sé que es estúpido, pero me siento mejor. Sé que el departamento creativo pasará del tema -o tal vez no-, pero aún así algo se resquebraja. Muy poco, casi nada, pero cierto temblor me recuerda de qué están hechos los cimientos. Pesan, pero la fuerza de la gravedad los atrae igual que a cualquier otra cosa. No sé si servirá de mucho, pero lo que sí que sé es que el monstruo que nos devora se alimenta de nuestro silencio. Cada cosa que queremos decir y no decimos, cada apunte que queremos subrayar y que callamos, cada detalle o cuestión somera que dejamos pasar, es una pequeña muerte nutritiva para el monstruo, para el ávido heteropatriarcado. Con la voz, no lo mataremos de golpe, pero lo haremos pasar hambre, eso es seguro. 

domingo, 22 de julio de 2012

TIEMPO Y GASOLINA II

Si mi pluma valiera tu pistola de capitán, contento moriría... Éso fue lo que le dijo exactamente, Antonio Machado al general Líster, en los dos últimos versos que dedicó a éste. Y todo es, en realidad, un poco confuso porque, a fin de cuentas, la pluma de Machado valió, al final, casi tanto, como la pistola del general antimilitarista. Y, en esa línea, mi lucha retórica contra algo mucho más grande que yo, y también más poderoso.

En mi entrada anterior, me ponía en contacto vía mail con dos empresas que, de distintos modos, me habían hecho llegar publicidad claramente sexista. Pues bien, la primera de ellas aún no me ha contestado -realmente no espero que lo haga-, pero una de ellas, sí, y ésta ha sido su respuesta:




Evidentemente, no esperaba otra respuesta que no fuese la de dar evasivas, la de "pero dónde, pero cuándo, pero cómo", para salvar los muebles y esperar que el asunto no pase de ahí. Pero, evidentemente, no dejé que eso pasara y, en cuanto recibí el mail, respondí al mismo de este modo:



Yo envié el mail el jueves por la tarde (acompañado de la captura de pantalla que me pedían), y en el momento en el que escribo estas líneas, aún no he recibido respuesta ni, insisto, espero recibirla. Ojalá me equivoque y la pluma pese más que la publicidad sexista. Ojalá me equivoque y mis plumas, todas, pesen tanto como las voces que se empeñan en cercenarlas. Mientras tanto, seguiremos informando.

miércoles, 18 de julio de 2012

TIEMPO Y GASOLINA

El mundo es un lugar poco habitable, muchas veces. No sé si lo dijo alguien, seguro que sí, pero el propio ir y venir del tiempo se empeña en recordarlo constantemente. La contrarreforma que nos está infringiendo este desgobierno, no abarca sólo a lo meramente económico. No sólo a la educación, a la sanidad, a los servicios sociales, a la cultura, a los transportes, a la industria, a la ciencia y la investigación... qué va. El asunto está llegando también a cuestiones que, hasta hace relativamente poco, iban -o eso quería yo pensar- cambiando de rumbo. A mejor, por supuesto. Me refiero, sí, a todas aquellas cuestiones garrafalmente sexistas, no tanto machistas, que sí, que también, como sexistas lo que, si me apuras, es retorcidamente peor, porque muchas veces, el sexismo se encubre con una especie de jocosa "guerra de sexos", que no hace sino alimentar más a la fiera de la segregación, que es, justamente, padre/madre del machismo más atroz, del que, por éste sí, nos llevamos todxs las manos a la cabeza.
Hace unos días recibí en mi bandeja de correo electrónico este mail publicitario, de una página a la que estoy suscritx:




Evidentemente, lo flipé muy mucho, y en cuanto tuve un rato, les escribí este mail:








Aún no he recibido noticias, claro. De hecho, no espero recibirlas. Sé que, en el fondo, se pasan este tipo de cuestiones por el arco de triunfo. Pero no podía dejar pasar la ocasión sin hacérselo saber. Por otro lado, esta misma tarde, al instalar una memoria USB nuevecita en mi PC, y abrir -mera curiosidad- la publi de marras que siempre viene incluida, me topo -otra vez- con esta lindeza:






Nótese el grado de estupidez, de dejadez y de falta de mimo y atención, observable en el uso del masculino singular que, por defecto, se usa al inicio de la publi "Bienvenido", que contrasta con "las madres" -femenino plural- que es para quienes, en realidad, va dirigido el texto (no a los padres, no a tutores o tutoras, etc., sino a las madres, lo expresa bien clarito).

Y así, ya como en una especie de loca cruzada personal contra el sexismo originado por la estupidez y la abulia, el aburrimiento, entro en una especie de bucle infinito y voy a la página oficial de la marca de mi USB, para enviarles el mail que sigue -breve por tener limitación de espacio-:







Desde luego, tampoco espero respuesta. Porque esperar es de idiotas, supongo. Quizá también alguien lo dijo, y porque en estos tipos de contrarreformas, son bombas lo que hace falta. Yo sólo sé hacerlas con palabras. Como aquello a cerca del valor de la pluma y de la espada, que decía Machado. Pero no soy tontx. Dadme tiempo y gasolina, que ya vereis.