lunes, 24 de junio de 2013

Punkies con vocación

¿Quieres ver cómo tús hijos se divierten, realizando actividades, aprendiendo o bailando con las animadoras? Trae a tus hijos al centro lúdico --------.

Esta cantinela suena varias veces cada día en la radio local, promocionando un centro lúdico or something like this, uno de esos lugares en los que lxs tutorxs aparcan a su prole ocho horas diarias. Como un aparcachoches de pago, pero de niñxs, y subvencionado por el Estado (en detrimento de las escuelas infantiles públicas, of course). 
Si analizamos de un primer vistazo el texto del reclamo, podemos suponer que éste utiliza un lenguaje inclusivo (pues introduce el femenino), pero si nos fijamos bien, veremos que, en realidad, se trata de un texto, no ya hegemónico, sino directamente, machista, sexista y muchas cosas más. Veamos:

1. Si el texto hubiese querido ser inclusivo, hubiese usado "hijos e hijas", por ejemplo, o -más inteligente- hubiese evitado la marca de género. Algo como: "quieres ver cómo tus peques se divierten, bla bla bla...". Pero no hace ninguna de las dos cosas.
2. Si el texto no hubiese hecho una reflexión atravesada por la idea de género, en ninguno de sus aspectos, se hubiese limitado al uso del masculino, que es el género gramatical no marcado en nuestra lengua y, por tanto, el que tradicional y hegemónicamente se utiliza por defecto para universalizar. Si esto hubiese sido así, el "tus hijos" se hubiese quedado tal cual, pero  la otra marca de género que aparece en el texto, en el Sintagma Nominal "las animadoras", hubiese mantenido también el masculino, teniendo que ser, obviamente, "los animadores". La llamada publicitaria, en este caso, quedaría tal que así: ¿Quieres ver cómo tus hijos se divierten, realizando actividades, aprendiendo o bailando con los animadores? Ven al centro lúdico --------

¿Dónde está el problema?, pensaréis, y tendréis razón. Pero para las mentes enfermas de heteropatriarcado,  que un hombre haga tareas de animador es denigrante (a no ser que sea monitor de campamento, lo que le imprime cierto rango jerárquico, valor siempre masculino), porque lo masculino no puede ser lúdico. Pero no  queda ahí la cosa, sino que se trata, en efecto, de animar a la infancia, y aquí ya la cosa se complica sobremanera, porque el cuidado de la infancia es y sigue siendo, algo vetado para los (bio)hombres. Desde el feminismo se habla mucho a cerca de la ternura masculina y de la implicación de los hombres en la crianza de sus hijxs, pero se dice muy poco a cerca de los (bio)hombres y la crianza de lxs hijxs de lxs demás. La profesionalización del cuidado dentro del ámbito masculino sigue siendo un tabú más pesado que una losa, y por eso este tipo de mensajes, arrastran este peso en forma de discurso. Además, el cuidado de los (bio)hombres para con la infancia, se sigue relacionando, desde muchos ámbitos, con cuestiones cercanas a la pedofilia y de un modo indirecto, a la homosexualidad masculina, vinculada con ésta, haciendo así un cóctel de mitos venenosos que resulta letal para todxs. 

Una vez tuve un alumno punky -un buen alumno con un mal expediente-, que descubrió su vocación en la educación infantil. Consiguió el título de Técnico Superior en Educación Infantil, y me contaba que era el único (bio)hombre de su promoción. Cuando volví a verlo, después de unos años, me dijo que andaba en otras cosas "imposible trabajar de lo mío si eres un tío". Ésas fueron sus palabras. 

Así que, ya sabéis, si queréis que vuestra prole crezca en un lugar en el que, a través del lenguaje, se sigue alimentando la violencia, en un lugar en el que se sigue considerando a la mujer digna de "animar" y "bailar" con tu descendencia (porque todo el mundo sabe que las mujeres no sienten ni pueden sentir deseo sexual alguno, y además "se les dan muy bien lxs niñxs por naturaleza"), pasad de largo este tipo de mensajes. Yo seguiré prefiriendo estar alerta a las palabras, que nos dicen quiénes somos, cómo somos. Porque, si tengo que elegir, prefiero que sea un punky con vocación el que baile con la infancia de este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Suéltalo...