Ayer vi una exposición. A veces me gusta hacer ciertas cosas. Ver exposiciones, acudir a salas de arte, museos, fingir que lo entiendo todo y, de alguna extraña manera, terminar por entenderlo o, al menos, creer hacerlo. La exposición era de la obra fotográfica de un tipo llamado Miroslav Tichý. Para quienes lo conozcan, no diré nada porque, a buen seguro, sabrán más que yo, pero para quienes no, diré que es un tipo extraño, con un síndrome de Diógenes acusado, que fue capaz de vehiculizar su "basura" construyendo sus propias cámaras fotográficas, sus propios objetivos y su propia vida. El viejo loco del abrigo viejo que no comía animales por el respeto que les debía a sus hermanas las ratas -y a todos los demás-, había sobrevivido al comunismo más feroz y a 8 años de cárcel, y lo había hecho secuestrando culos de mujeres en sus cámaras oscuras. Más de cien por día, decían. Fotos, no mujeres. O fotos y mujeres, da igual. Porque, aunque la mujer que estaba guiando la visita decía que la mujer para Tichý era más un icono de belleza teórico que un fetiche, lo cierto es que la obsesión de aquel tipo por los culos femeninos traspasaba todo ideal de belleza platónica. Ni que decir tiene que, mientras la guía estaba diciendo esto, yo estaba mirando su culo -el de la guía, quiero decir-, por cerciorarme, después de todo, de si ese culo, el suyo, se trataba de un culo digno de ser fotografiado y, por ende, de ser mostrado, de ser expuesto, de ser compartido y calificado, a posteriori, como "icono de belleza ideal", "representación idílica de la belleza" o cualquier otra soplapollez parecida. Finalmente concluí en que no. Y lo sentí por ella, porque quizás le hubiese gustado que su culo formara parte de algo grande, pero así están las cosas. El mío, de momento, tampoco se ha perpetuado.
Que la mujer ha sido, que ha venido siendo objetualizada a lo largo de la historia (del arte, de la literatura, de X, de Y, de Z...) lo sabemos todxs. Pero ahora parece que nos sobrecoge una especie de feminismo pseudo progre o femi(ci)nismo, (como dice Lady Aguafiestington) y tenemos que entrar en el juego de la simulación, de la sustitución, del eufemismo sangrante y feroz que supone no sólo no llamar a las cosas por su nombre, sino el cambio completo de signinifcado que muchas veces supone el hecho de que el nuevo nombre diste tanto del originario, que el significado del referente sea prácticamente otro.
No pasa nada por decir que el bueno de Tichý proyectaba una mirada absolutamente voyeur en los cuerpos femeninos. Una mirada que diseccionaba los cuerpos desde la distancia, que los tocaba, los sobeteaba y los lamía desde lejos, desde el deseo del que se sabe a años luz de su objeto deseando. No pasa nada porque un artista plasme lo peor que hay en él en su obra, o lo segundo peor, o ni siquiera peor, simplemente algo mediocre, algo mundano, vulgar, cutre, hasta obsceno, y se eleve de pronto a la categoría de arte. No pasa nada por que el fotógrafo viole con el ojo a la mujer. Y, sobre todo, no sé qué degrada más a la mujer, si ser devenida en puta callejera de culo prieto o ser devenida en santa idealizada dadora de belleza. Porque, al fin y al cabo, en niguno de los casos la mujer es el actante, en ninguno de los casos la mujer decide nada, deviene nada.
El arte es arte, y pretender imprimir en él consignas políticamente correctas me parece, además de una gilipollez, de muy mal gusto. No soy unx expertx, pero me han gustado las fotos de este chiflado. Sus fotos y las pajas que, probablemente, se hacía con ellas -tanta imperfección impresa no puede venir sólo de "corridas" de tinta-. Su mirada clara salpicando culos femeninos, sus manos sucias sobre tetas anónimas impresas. Su violación, constante violación a lo no violado, a lo no hecho, a lo no escrito. Su modo de plasmar el delito en la ausencia del delito. Se puede ser artista y pajillerx, y todo a la vez, y muchas más cosas, y nada en absoluto.
Y si yo fuese la chica que hace la visita guiada, o mejor, si yo fuese quien ha escrito el texto que tan bien reproduce esa chica que hace la visita guiada (probablemente un hombre, con mirada de hombre y polla de hombre) intentaría buscar el fuego de los dioses más allá de las cajas de cerillas.
Es más, si yo fuese la chica que hace la visita guiada, ya habría cogido prestada una de esas cámaras hechas con cartón y plexiglás y andaría por el mundo robando con luz culitos de hombre para -de gustarme- (de)venirme en ellos salpicándolos de poder mojado y vengar con arte, en el arte, todo rastro ideal de belleza iconográfica, firmando cada obra con un "hastaelculodeplatón".
Es muy cierto que es un problema ser del sexo bello. Porque entonces una no es nada más que bella (o se la define en tales parámetros). A mi los hombres también me parecen bellísimos... ¿por qué no? Bueno, supongo que heteronormatividad + patriarcalismo = conceptualización de la mujer como objeto sexual bello y pasivo. De ahí esta obsesión, creo...
ResponderEliminarLady Aguafiestington te agradece mucho la cita. Tu texto le ha encantado! ;)
Intrigada por ver esta expo después de leer tu post compruebo el hecho una vez más de que la realidad se vela bajo el recaudo de pretender aquello que no es. Gran eufemismo, gran mentira, gran engaño. Este artista era un voyeur consumado y el cuerpo de la(s) mujer(es) su objeto preciado, sexuado, pervertido, ansiado, y devorado visualmente además con gran veracidad. Estoy contigo en que querer validar lo políticamente correcto con el arte, o vehicular lo evidente hacia lo formal o camuflarlo o colorearlo con otros membretes sin peso discursivo es absurdo y más cuando desde el hecho artístico se pretenden otras vías, otros derroteros que no contribuyan al hartazgo general de ver siempre las mismas cosas y así suavizar o borrar la evidencia. El arte es un constructo social y cultural inmerso en cuestionar y derrocar la mismisidad misma y convertirla en otra cosa desde múltiples posiciones creando relaciones complejas como en el caso de este artista que mueve los hilos de lo políticamente incorrecto o de todos aquellos artistas que su base de trabajo es lo abyecto, lo sucio, lo absurdo o lo obsceno, lo irracional y todo lo que quepa en los deseos, desolaciones y otras perversidades humanas. Al pan, pan, señorxs! Las envolturas solo son eso, lo mejor siempre esá dentro.
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