Otra vez está aquí, taladrándonos los tímpanos, percutiendo en nuestras retinas, atronando en nuestros cerebros hasta hacer de ellos rico plancton para la ballena que alimenta, el institucionalizadérrimo y sacrosanto día Internacional de la Mujer Trabajadora. De la trabajadora, ojo, no de la vaga que no da golpe, ni de la guarra que tiene la casa echa unos zorros, la muy zorra. De esas no, claro, de las otras. De las que dan palmas desde dentro de sus abrigos de pieles o desde debajo de sus boinas de temporada. Que casi, si me apuras, vienen ellas a ser lo mismo. A fabricar lo mismo con todos los cuerpos sediciosos que están hasta el orto -oh, orto universal y agénero, qué grandes poemas nos has dado y qué grandes ocasiones para ciscarnos literal y metafóricamente en todas estas internacionalidades figurativas, en todo este postureo infernal de concejalas con caspa y pucheros al fuego y feministas de boina con el coño pegado al cuero negro de los butacones de los despachos de las facultades que, como dice E, "practican el feminismo de la exclusión". Sentando cátedra y sentando la seta en la cátedra. Sobretodo eso. Gracias, orto, ya digo, por penetrar tan hondo siendo a tu vez tan hondamente penetrable, y traernos versos de Allen Ginsberg que llevarnos como alimento a ti mismo:
ESFÍNTER
Espero que mi viejo, que mi buen ojo del culo resista.
En 60 años no se ha portado nada mal
aunque en Bolivia una operación de fisura
Sobrevivió al hospital de altiplano
- Poca sangre, ningún pólipo, ocasionalmente
Una leve hemorroide
Activo, anhelante, receptivo al falo
Botella de coca, vela, zanahorias
Plátanos y dedos -
Ahora el Sida lo vuelve cauteloso, pero Aún servicial -
Fuera el mal rollo, dentro el condón
Amigo orgásmico -
Aún elástico correoso,
Descaradamente abierto al placer
Pero en 20 años más, quién sabe,
Los viejos sufren todo tipo de achaques
Cuello, próstata, estómago, articulaciones -
Espero que mi viejo orificio se conserve joven
Hasta la muerte, dilatado.
Hasta la muerte, dilatado. Una vez hecha la oda al esfinter redentor, pasemos a exponer brevemente los cilicios que surgen al abrigo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, o lo que yo vengo ya llamando desde hace tiempo, el #ascoputo.
En el paquete de actividades propuestas por el ayuntamiento de mi ciudad están, entre otras, la palmadita en la espalda a cuatro empresarias, la visita a las Cortes de Castilla y León (¿?), y la lectura del manifiesto a cargo de una representante de viudas cristianas. COMOLOLEES. Si quieres potar con la lectura del programa completo, no tienes más que tener cerca un WC, una palangana o similar y pinchar aquí. Como podréis imaginar, el #ascoputo es extensible a otras ciudades aledañas, como podéis comprobar aquí, eso sí, sin perder de vista la palangana.
Dicho de otro modo, todo este tingaldo se resume en : chocolatadas, peliculitas de chicas, encaje de bolillos, mesitas camilla con su braserito y su mantita de cuadros, trabajadora y madre en la vida, ripios muy sentidos rimados en consonante, abnegada ama de casa que alimenta a sus hijos y es además amantísima esposa y le gusta hacer petit pua en sus ratos libres vestida remona, discreta pero elegante, ay pobrecita si te han maltratado ay pobrecita si te han violado, ay pobrecita, así en general, cuánta sensibilidad tienes y qué víctima eres de todo por ser, SER, SER, SER, verbo estático, inamovible, fijista, oligárquico. SER, SER, SER, verbo Parménides, por SER, SER, SER, quédate quieta, mujer, categoría estanca, quédate quieta, MUJER. Tenías que ser.
Evidentemente, hay alguna que otra actividad alternativa al tema de las viudas cristianas, pero que entronca con una especie de feminismo buenrollista que murió de la que nacía, allá por los años setenta, y del que sólo quedaron los restos instalados en las instituciones si no políticas, académicas. Un feminismo que sigue manteniendo y alimentando el binomio de género, un feminismo que en vez de hacer petit pua hace boinas de punto redondo -con ese puntito femenino bohemio, oh, sí, qué mono- pero que sigue considerando víctimas a todas las mujeres y, por tanto, que las sigue victimizando y confinando en la pasividad; un feminismo que llama putas a las putas con una mezcla de condescendencia cristiana, lástima femenina y desprecio pequeñoburgués y que, como el otro, invisibiliza a un gran número de mujeres /personas designadas como mujeres/ transgénero, etc., así como diversas situaciones sociopolíticas, económicas, identitarias, sexuales, etc. y, por tanto a una diversidad de realidades tal, que termina por hacer el mismo honor al día de "la mujer" que las viudas cristianas. Amén.
Por todo ello, aquí va -dejadme soñar- mi baratérrimo programa imaginado del día Internacional de los Cuerpos Precarizados:
Por suerte, me queda el consuelo de saber que no estoy nada mal acompañadx en estas vindicaciones. Por suerte, somos pocxs, pero cada vez más, quienes sabemos que en la atención a lo diverso está la posible mejora de cada situación, diversa también. Porque este tipo de programas institucionalizados del día de la Mujer trabajadora, no sólo no hacen bien, sino que hacen mal.
Cada cosa que hacemos educa. O todo lo contrario. Cada paso que damos. Si proponemos un programa pacato, que confiere a la mujer un lugar estanco -como mujer- y también como víctima -de violación, de abusos, de leyes, de precariedad, etc- no sólo estamos negando la posibilidad de que éstx se empodere (atiéndase que digo posiblilidad, de modo que, si no quiere empoderarse, lógicamente, también está en su derecho, ojo), sino que también estamos educándolx sentimentalmente en la derrota, la no acción, el sufrimiento y la pasividad, por el simple hecho de haber sido definidx socialmente como "mujer", categoría estanca.
Y es todo tan parmenidesco, y da taaaanto #ascoputo, que le entran a unx ganas de ponerse el panta rei por montera y, flujo en mano, paja en mano, que sea lo que Foucault quiera, hasta la muerte dilatadxs, queridos cuerpos precarizados.
Como aledaña vecina aludida añado más joyitas como que el Museo Nacional de Escultura de mi amado Valladolid tiene acceso gratuito al museo para todAs las mujeres el día 8 de marzo. Supongo que para las biomujeres, ya tú sabes, las otras mujeres son una aberración, totalmente. Y las que no se identifican como tal siéndolo, esxs justo esxs no cuentan nunca para nada. Además sólo gratuito ese día que luego sale todo muy caro, ya sabes cómo están las cosas en cultura. También desde ese mismo museo se propone una visita temática con el título si igual "Femenino en singular". En fin. Está claro que quien menos sabe, quien menos idea tiene y quien menos hace por los feminismos es quien más hace sonar su sartén. Y no les digas nada porque se hieren a la primera de cambio.
ResponderEliminarAntes de nada, es absolutamente indiscutible que su día internacional de los cuerpos precarizados es infinítamente más molón que el día de la mujer trabajadora.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho su entrada. Tiene mucha razón. El día de la mujer (trabajadora o no) ha sido vampirizado por las instituciones, y lo arovechan para poner en práctica lo que Lampedusa contaba en Il Gattopardo "cambiar algo para que todo siga igual." (de hecho, toda la maldita Historia de la Humanidad funciona así). La dicotomía heteropatriarcal sigue estando ahí, y es un error. Sin embargo, el día de la mujer trabajadora se instauró pensando - dentro de la lógica occidental hetero - en la doble discriminación que sufren quien es de clase asalariada y tiene vagina. Porque realmente existe dicha discriminación - repito, dentro de la lógica hetero -, y en este sentido me parece una reivindicación interesante, aunque para usted y una servidora el conepto de "mujer" - u "hombre" - no sean cosas tan "naturales" como nos quieren hacer creer. A pesar de las mil críticas que se le puede y DEBE hacer a tal día, no deja de ser un reivindicación legítima, des del punto de vista de la dobre discriminación por razón de clase y género. Pero claro, como decíamos, el sistema - capitalista - lo ha integrado como parte del maquillaje pseudofeminista al que nos tiene acostumbradxs; y como he podido leer es los enlaces, en Palencia se reconoce en este día a mujeres de negocios y empresarias, para las que probablemente la liberación feminista consiste en contratar una chacha filipina, y que usaran sin problema la reforma laboral para joder a otras mujeres.
Interesante debate y muy buena su aportación. Mañana la difundo, que molará más ;)
Un abrazo.
Marina