domingo, 25 de noviembre de 2012

EL MANIFIESTO DESASTRE

Esta mañana he decidido asistir a una contra-manifestación que se realizaba en Palencia, con motivo del día contra la violencia machista, 25N. La manifestación oficial, secundada por las cuatro instituciones (el PP gobernando en todas ellas) y otros colectivos de dudoso feminismo, como asociaciones de viudas cristianas y something like this, defendía un manifiesto que no he podido encontrar en red y, por lo tanto, no puedo reproducir aquí, pero como os podéis imaginar, un manifiesto que yo jamás suscribiría (teniendo en cuenta leyes del aborto, precariedad, recortes de derechos sociales, ley de dependencia, etc.). 
Por su parte, la oposición política (PSOE e IU) , junto con otros colectivos que conforman la Plataforma por los derechos de las mujeres -Amnistía Internacional, Cátedra de género, etc.- se desmarcaron de dicho acto institucional y en realidad, retrógrado y nada feminista, para montar su propio acto, al que yo he asistido esta mañana.  
El acto, acompañado por un poético acto performativo inspirado en un acting cuyo nombre ahora no recuerdo, ha sido sellado con la lectura de un manifiesto. Un manifiesto que me ha llevado a escribir esta entrada, entrada que, en realidad, debería empezar así:

Queridxs niñxs: no escribáis manifiestos. De verdad, dejadlo. Ya lo hicieron Marinetti, Bretón y Tristan Tzara. Y es suficiente.

Resumiendo. No puedo suscribir ese manifiesto, que podéis leer aquí, por varios motivos, pero fundamentalmente por lo que le falta y, sobre todo, por lo que le sobra. 

Y para su lectura, la playlist del Manifiesto desastre. que podéis escuchar mientras leéis, o al revés:


QUÉ NO HAY

En el manifiesto alternativo no hay ni una sola alusión a la violencia machista en relación a las personas migrantes, ilegales, con diversidad funcional, personas de otras etnias, religiones etc., que sufren de un modo mucho más intenso y silenciado la violencia machista y otro tipo de violencias que entroncan directamente con ésta, no sólo por parte de sus agresorxs, sino también por parte de las instituciones y del grueso de la sociedad. 
No hay ni rastro tampoco en ese manifiesto de denuncia o condena hacia otras formas de violencia machista, como la lesbofobia, la bifobia o la transfobia, violencia que muchas personas de esos y otros colectivos sufrimos casi a diario, y que no se traducen necesariamente en insultos ni vejaciones, sino que pasan, la mayoría de las veces, por silenciar nuestra voz -como mismamente hace este manifiesto- e invisibilizarnos por completo. 
Tampoco hay rastro en el manifiesto de alusión alguna a la violencia machista o estructural entre personas que forman parejas del mismo sexo, a pesar de la absoluta indefensión que, a nivel legal, tenemos las personas del colectivo LGTBQI en relación a la violencia doméstica, puesto que, en nuestro caso, ni siquiera es considerada como tal.
Ni rastro tampoco de reflexiones a cerca de los mecanismos de poder que extiende el machismo en la sociedad y sobre los que se estructura; ni rastro de la dominación por parte del hombre de los espacios públicos; ni rastro de una reflexión sobre los micromachismos, el mito del amor romántico, o simplemente los manidos y peligrosos estereotipos de género, elementos que nutren al machismo desde lo más cotidiano e imperceptible. Ni rastro de una mirada crítica a la hegemonía de la familia tradicional, heteropatriarcal, como modelo de perpetuación de una ideología falocéntrica, heterócrata, blanca, capitalista y misógina. 
Ni rastro.

QUÉ HAY

Hay, claro, una crítica al modo inquisitorial con el que los hombres blancos heterosexuales y burgueses, como Gallardón, siguen legislando -y por tanto decidiendo- sobre los cuerpos de las mujeres (por ejemplo, en relación al aborto) pero el manifiesto se olvida de denunciar ese mismo sometimiento para todo cuerpo no hegemónico. Es decir, las instituciones detentan la potestad de legislar no sólo sobre los cuerpos femeninos -violencia obstétrica-, sino también sobre otros cuerpos disidentes -intersexuales, transexuales, cuerpos no normativos, cuerpos con diversidad funcional, etc.-, bien a través de la patologización, bien a través de la legislación o de ambas, funcionando como verdaderos mecanismos de control que el Estado proyecta sobre las disidencias.

En el manifiesto, hay datos, cifras, estadísticas y porcentajes sobre mujeres asesinadas a manos de sus parejas masculinas y datos sobre los recortes -incuestionables, vergonzosos, sí, claro está- que este Gobierno está llevando a cabo y que se están cebando, como era de esperar, con los sectores más desprotegidos de esta sociedad capitalista y por tanto machista y por tanto heteropatriarcal nuestra. 

En el manifiesto se confunde de manera escandalosa, la prostitución con la trata de blancas, como si fuesen la misma cosa. Como si la mujer no tuviese suficiente potestad sobre su cuerpo como para tomar la decisión de explotarlo económicamente de modo autónomo siempre que quiera y con quien quiera. Como si el peso de la religión católica y el cuerpo como fuente de pecado en vez de de placer, siguiera marcando la hoja de ruta de algunos movimientos que se hacen llamar "feministas". No voy a suscribir jamás un manifiesto basado en un feminismo abolicionista que infantilice y deslegitime a lxs trabajadorxs sexuales despojándolxs, igual que hace el patriarcado, de derechos, de libertades, de capacidad de decisión y de voz. Sobre todo de voz. Lo dice Bea Espejo en su ensayo Manifiesto puta (sí, lo sé, otro manifiesto): han hecho más por mí muchos clientes que algunas feministas. Y ya es triste. 

En el manifiesto se condenan, además, las prácticas sexuales basadas en la dominación, negando mi derecho a decidir ser, voluntariamente, dominadx por mi pareja o parejas sexuales, sean éstas de los géneros que sean, confundiendo así prácticas sexuales SM (SadoMaso) basadas en un contrato libre entre dos o más partes, con la instrumentalización o dominación forzosa a la que el patriarcado somete. Como si no tuviéramos derecho a ponernos cachondxs con lo que nos dé la gana. 

No se puede confundir prostitución con trata de blancas, del mismo modo que no se puede confundir sexo SM con violación o dominación sexual forzosa. Hacerlo no sólo confunde a personas libres con víctimas y/o verdugxs, sino que desdibuja el panorama real y sigue, sobre todo sigue, hablando por voz de lxs que nunca están, de lxs que nunca son preguntadxs, de lxs que siempre son y siguen siendo, en definitiva, silenciadxs. Como si interesara más instrumentalizarlos que proporcionarlos instrumentos de autonomía. 

Hay también un asunto, en este aspecto, de estereotipación de la violación, como si la sociedad -patriarcal, recordad- dictara a las víctimas lo que tienen que sentir, para perpetuarlas en el victimismo y forzarlas a asumir una serie de emociones como propias. En este sentido, recomiendo la lectura de Teoría de King Kong, de Virginie Despentes.  

Además, el manifiesto promueve una educación afectivo sexual distinta para ellos que para ellas, afirmando, por una lado, la existencia de sólo 2 géneros -por lo que las personas intersexuales, transexuales, transgénero y queer, no estamos representadas- y por otro lado, llega a pedir que a ellas se les inculque el conocimiento del propio cuerpo y la libertad de su uso, y  a ellos la responsabilidad en la sexualidad compartida, manteniendo ya diferencias entre ambos y, por tanto, fomentándolas. Como si conocer el propio cuerpo, usarlo en libertad y ser responsable sexualmente no fuese universal y extensible para todas las personas, sean del género o géneros que sean.

Y POR ÚLTIMO

Si mi verbo es violento con muchos aspectos de este manifiesto, es porque considero que puedo exigir más a quienes están -o se supone que están- en sintonía conmigo. No voy a enfadarme con el foro de la familia, ni con las viudas católicas que suscriban el manifiesto institucional auspiciado por las instituciones. Sé como son, sé lo que dicen y en ningún momento insinuaron siquiera que sus palabras fueran a darme voz. Pero sí tengo -creo- derecho a exigir de quienes se dicen defensores de las libertades, que contemplen todas ellas, que contemplen lo diverso, lo múltiple y lo invisible.

El foro de la familia no me desilusionará jamás, ni el PP, ni Gallardón. No he confiado en ellos. No los he dado mi voto, ni mi apoyo, ni mi tiempo. Pero sí lo hacen quienes supuestamente promueven libertades y sólo visibilizan algunas. Sí lo hacen quienes quieren acabar sólo con aquellos yugos que les aprietan a ellxs y quienes utilizan un manifiesto contra el machismo -porque decir violencia machista es en realidad un pleonasmo- más para criticar a Gallardón que para dar voz a quienes nunca tienen voz alguna en ninguna parte.

Porque al final, como bien me decía Z esta mañana, creo que la única diferencia entre el manifiesto oficial y el contra manifiesto es que en uno no se critica a Gallardón y en otro sí. 

Yo a Gallardón no voy a pedirle peras (ni siquiera me engañó cuando para muchxs era un lobo con piel de cordero), pero a IU -a quien he dado mi voto y en cuyo programa sí se contemplan muchas de las cuestiones que refiero anteriormente- y al resto de los colectivos, sí; porque si, por ejemplo, la Cátedra de Género se llega todavía por el feminismo de la diferencia de los años '70, apaga y vámonos. Claro que, igual, esta mañana debería haberme quedado en casa, con lo que llovía, deseándole vía twitter muerte y destrucción al heteropatriarcado y recordando aquel gran micropoema de Ajo
Perdona por pedirte peras, no sabía que eras un olmo. 
Pues eso. El manifiesto desastre, un desastre manifiesto.


2 comentarios:

  1. Arbole y arbole, seco y verde. Agüita que voz llevas chinasky. Perdón no es voz es texto. Correcto, te manejas muy bién y mucho en este ámbito. Logras estar de éste modo en la cara B de la acción y en un aspecto importantísimo que es el analisis y el desmantelamiento de nuestros existos y más en un ámbito social que siempre se aupa alto, muy alto. Gracias por Tocar, Touche, entrar en heridas. Aspectos estructurales los que reflejas.
    Un punto que sumaría a tú réplica de " Manifiesto a lo no presente " -permiteme titular así y de éste modo seguir en la ética discursiva asumiendo los dos que estamos hablando de un mismo término -Manifiesto-.
    Un aspecto que me surgió rápidamente ésta mañana y es la cantidad de voces que faltan; voces más altas, voces ancianas, voces deficientes, voces asquerosas, voces degradadas, voces raras, voces desconocidas, voces feas, voces silbadas, voces bebes, voces con tono,... . Me faltaba voces como tú voz y me sobran voces con datos, análisis cuantitativos, me repateaban voces nombrando a Neocoms, a injusticias, me revientan los timpanos voces que quieren allá y sin embargo estabamos aca con voces críticas, experienciadas, desiguales, rabiosas que pedimos estar con mi presencia y nos esfumamos sin poner la voz. Con respeto. Un beso Chinaski

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  2. Maravilloso, mi amadx Sr. Chinaski.

    Subscribo absolutamente todo lo que dice. Ayer en Cataluña estábamos ocupados machacando a Mas y, quieras que no, este tema quedó un poco empañado. En mi humilde opinión, esos manifiestos parten todos de una misma base cosmológica, a saber, la dicotomía hombre-mujer heteropatriarcal. Y como las palabras lo son todo , qué voy a contarle, eso se nota. Y por este motivo obvian gran parte de la violencia estructural de esta sociedad, que sufrimos todas y todos. Pero dado que en la mayoría de crímenes domésticos la mujer es la víctima, las campañas institucionales - con sus jornadas de celebración u organismos específicos dedicados a esta problemática - reproducen el esquema patriarcal de victimizar a la "mujer" (entre comillas, la "mujer" como idea, no hablo de individuos concretos) o sea que siguen poniendo las bases para que se dé la violencia heteropatriarcal que en principio quieren combatir, es decir, vuelta a empezar de este círculo vicioso. A propósito de esto, Lady Aguafiestington y yo lo discutimos a través de la película "Gilda". Ahí les dejo el enlace:

    http://ladyaguafiestington.blogspot.com.es/2011/12/grandes-antropo-escenas-ii-gilda-y-la.html


    ¿Feministas de la diferencia? Uf, ni me hable... Me pasé todo el semestre que duró la asignatura de Historia de la Mujer discutiendo con la profe y con toda su jauría de alumnas feministas de la diferencia. Para mi esta rama del feminismo, aunque le reconozco una gran importancia histórica y no le niego las mejoras que han conseguido, es el gran ejemplo de como el pensamiento heteropatriarcal sigue operando en lo más profundo de muchas de las tesis supuestamente feministas.

    Hace tiempo que lo digo, ¿sabe quién creo que más ha hecho contra la imagen de la mujer-víctima? Tarantino. Si tuviéramos la mitad de la mala hóstia de la Mamba Negra, otro gallo cantaría. De hecho, por lo que tengo entendido, en EEUU las muertes por violencia doméstica están al 50% y 50%. Imagínense porque...

    Un abrazo enorme y a seguir rompiendo esquemas.


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